miércoles, 8 de septiembre de 2010

Y uno aprende..

Después de un tiempo, uno aprende la sutíl diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas felíz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante (...)
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...

Es raro, es filólogo

Aquí os dejo un articulo que me ha parecido muy interesante y que tiene que ver con la carrera que actualmente estudio.
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Soy filólogo. Dicho así, suena a confesión trágica: Soy alcohólico, soy drogadicto, soy ludópata... Filología, cuando yo la estudié, era una carrera muy común, éramos tantas chicas como chicos y de mi facultad salían cerca de 300 filólogos por promoción. Pero hoy, la Filología se bate en retirada. Si un hijo te dice que va a estudiar Filología, acabarás comentándole a su madre (o a su padre) que siempre sospechaste que el muchacho era raro. Si fuera mujer, pssss, pero tampoco. ¿A quién se le ocurre hacer Filología con las carreras tan modernas y con tantas salidas que hay hoy? Pues bien, resulta que no, que al revés, que el raro es usted, querido padre de futuro filólogo. Filología es una carrera extraña porque hoy no la estudia casi nadie, pero precisamente por eso tiene futuro. Esta semana se han celebrado en Cáceres unas jornadas sobre Filología Francesa y un mensaje ha llegado con nitidez: estos estudios universitarios no tienen paro. Nunca he conocido a nadie que estudie Filología por ser una carrera con grandes posibilidades de empleo (salvo quizás Filología Inglesa en su momento). Son unos estudios muy vocacionales que no permiten soñar con bienes materiales, sino con placeres espirituales como la palabra, la literatura y otras extravagancias. Pero hay un dato importante: un elevadísimo tanto por ciento de filólogos con empleo, o sea, profes de instituto, se van a jubilar dentro de 10 años y, estadísticas en mano, no hay 'mano de obra' suficiente para sustituirlos. Ya sabe, si su hijo quiere estudiar Filología, no lo desanime: es un poco raro, sí, pero tiene futuro.

Autor: J.R.ALONSO DE LA TORRE
Fuente: hoy.es